Contexto

Contexto geográfico

El yacimiento de Zaldua se sitúa en entre las actuales localidades de Auritz/Burguete y Aurizberri/Espinal (Erroibar/Valle de Erro), en el extremo noreste de la Comunidad Foral de Navarra (a 32 km de Pamplona). Se localiza en una zona estratégica, a 894 metros de altitud en la meseta que se extiende al sur del puerto de Ibañeta (1057 metros) y, en concreto, en las terrazas al oeste del arroyo Arranosina, afluente del río Urrobi. Para la ubicación haz clic en: cómo llegar.

El yacimiento se encuentra actualmente entre los terrenos de dos municipios, ya que la pista de tierra es el límite entre Aurizberri/Espinal (dentro del término municipal de Erroibar/Valle de Erro) y Auritz/Burguete. Así, la zona oeste del camino recibe el nombre de Otegi y en ella se encuentran las estructuras exteriores del asentamiento (entre ellas las necrópolis), mientras que Zaldua es el topónimo de la parcela este de la pista (dentro del término municipal de Auritz/Burguete), donde se han identificado el núcleo y la mayor parte del emplazamiento.

Mapa de altitud de Navarra

El terreno generalmente es llano, con una ligera inclinación descendente hacia el arroyo, pero se aprecian los desniveles topográficos correspondientes a las diferentes terrazas. Según el mapa geológico de Navarra, su litología está formada principalmente por gravas, arenas y limos.

En la actualidad el entorno sigue siendo de pastos, arbustos y algún árbol aislado que se dedica principalmente a actividades ganaderas.

Contexto histórico

Todavía no se sabe con exactitud cuando llegaron por primera vez las tropas romanas a estos territorios pirenaicos; pero, probablemente, sería entre la segunda mitad del siglo I a.C. y las primeras décadas del siglo I d.C., es decir, durante el reinado de Augusto. Además, es muy probable, que al estar ubicado en la vertiente meridional de los Pirineos (límite natural y administrativo) el yacimiento de Zaldua se hubiera integrado en el ámbito administrativo de la provincia de Hispania Tarraconensis.

En las fuentes histórico literarias greco-latinas apenas se conservan referencias a esta región, y las que se conocen ofrecen una visión limitada de la organización del territorio. En los textos de época romana, esta área era considerada territorio de los vascones y entre los asentamientos que se mencionan en esta zona figura el llamado como Iturissa o Eturissa.

Importantes informaciones escritas sobre esta región, como la geografía de Ptolomeo, el itinerarios de Antonino y el Anónimos de Rávena, informan de la calzada Iter XXXIV que cruzaba el norte de la península Ibérica de oeste a este, así como de una lista de paradas en el recorrido. Las calzadas fueron una de las claves del éxito del Imperio romano, ya que formaron una red de comunicaciones muy rápida y eficaz por todo el imperio con el fin de desplazar de un lugar a otro el transporte de materias primas, mercancías, impuestos y ejércitos.

Dada la disposición del yacimiento de Zaldua (a los márgenes del vial que se desvía de la calzada principal), la creación del núcleo urbano debe situarse probablemente en el contexto histórico de la construcción de dicha calzada, es decir, en el periodo del cambio de Era. Probablemente daría servicio a los usuarios de esta red de comunicación y también estaría relacionado con los recursos forestales y mineros ubicados en el entorno.

En el siglo III d.C., el Imperio romano sufrió una grave crisis y tanto las economías territoriales, como la organización administrativa sufrieron una profunda reestructuración. Según los datos recopilados hasta el momento, la ciudad tuvo continuidad hasta mediados del siglo IV d.C. cuando por causas que se desconocen fue abandonada.

Los resultados geofísicos confirman (sobre el final del núcleo urbano) que no se produjo destrucción general, es decir, ni quema ni destrucción generalizada. Las excavaciones arqueológicas, por su parte, han detectado un saqueo sistemático datado en la Antigüedad Tardía, tanto en los materiales constructivos como en otro tipo de objetos, señal de que los habitantes de la zona reutilizaron los materiales para emprender una nueva vida en algún otro lugar.

Tabla de Peutinger con las principales calzadas y paradas de Britania, la península Ibérica y el norte de África.